El efecto que puede tener en tu cuerpo beber agua fría en verano según una experta
Las olas de calor se han convertido en una indeseada compañía del verano. En España, pocas zonas del mapa se libran de alcanzar temperaturas que rondan (o superan) los 40 grados. Ante este panorama, lo primero que se piensa es en beber agua muy fría, surgiendo así la eterna pregunta: ¿Es perjudicial para el organismo? Consultamos a una experta.
La respuesta a esta pregunta debe evitar generalidades y por tanto no es tan sencilla como parece a priori. El primer punto que considera importante subrayar Marcela González-Gross, catedrática de la Universidad Politécnica de Madrid y presidenta de la Sociedad Española de Nutrición (SEÑ), es que la hidratación es esencial para el organismo en cualquier estación del año y que en verano hay que reforzarla.
González-Gross alude al consumo de los célebres dos litros de agua diarios, durante todo el año, y que no tienen por qué limitarse a líquido sino que esta cantidad se puede conseguir complementándolo con frutas y verduras. El verano es un momento delicado para la hidratación corporal porque perdemos más agua debido a una transpiración más intensa, lo que nos obliga a estar alerta.
De no atender esta demanda de hidratación del cuerpo, el desenlace para la salud de la persona puede ser el peor de los esperados. Así, la presidenta de la SEÑ hace una especial llamada de atención con respecto a la tercera edad: “A medida que envejecemos perdemos algo la sensación de sed y hay personas mayores que la pierden del todo, por lo que hay que estar pendientes, ya no se produce la sensación de alarma que es la sed“.
¿Es malo beber agua fría si tengo mucho calor?
Esta es realmente la preocupación de mucha gente durante la época estival. El primer impulso ante la sed es beber líquido con la temperatura más baja posible o bien llenar el vaso de hielo. ¿Es un gesto inocuo para el organismo? La presidenta de la SEÑ indica que no se ha producido una investigación científica de calado en torno a este asunto y que incluso los estudios publicados presentan resultados contradictorios.
Sí se pueden extraer ciertas conclusiones que giran en torno a la presión arterial, de forma que para las personas que presenten “hipotensión aguda” puede ser adecuado “beber agua fría y carbonatada”, pero no sucede lo mismo en personas mayores hipertensas: en ese caso lo recomendable es beber el líquido “a temperatura ambiente”. En cuanto a un posible corte de digestión, la presidenta de la SEÑ asegura que este riesgo no se ha descrito científicamente.
¿Cuál sería entonces la temperatura adecuada de una bebida en momentos de calor? González-Gross apunta que, siguiendo recomendaciones de estudios y sociedades científicas, debe estar entre 10 y 22 grados centígrados. Otra cosa es la temperatura de la nevera, como aclara la experta, por lo que lo recomendable sería dejar reposar un poco la bebida, no beberla directamente.
Los granizados, aliados saludables
Estudios llevados a cabo con colectivos concretos como plantillas médicas de un hospital, deportistas o personas que trabajan con equipaciones especiales poco transpirables, han apuntado a los granizados como bebidas adecuadas en los momentos de altas temperaturas. Si la actividad deportiva se realiza este contexto, el granizado puede ingerirse antes e incluso durante la actividad física para reducir un poco la temperatura del organismo.
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