Nueve consejos útiles para padres de niños con TDAH
En la actualidad, se estima que entre un 1 y un 5% de los niños en edad escolar padecen trastorno de déficit de atención por hiperactividad (TDAH) también denominado trastorno hipercinético, siendo de tres a cinco veces más frecuente en niños que en niñas. Este trastorno dificulta que los pequeños aprendan y se relacionen adecuadamente, lo que puede provocar que se encuentren aislados socialmente.
Se caracteriza por un patrón persistente de pérdida de atención e hiperactividad que puede manifestarse a través de diversas señales: pequeños excesivamente ruidosos en el juego, que tienen dificultades para integrarse en actividades tranquilas, que muestran excesiva actividad motora, incapaces de prestar atención a los detalles, se distraen con facilidad, son olvidadizos en las actividades diarias o hablan demasiado sin tener en cuenta las normas de convivencia.
Aunque el tratamiento debe ser personalizado y dependerá del diagnóstico del niño y sus síntomas, así como de sus dificultades y también de sus puntos fuertes; los expertos señalan que la medicación por sí sola a menudo no es suficiente y debe apoyarse con tratamientos psicológicos que ayuden al niño a manejar sus pensamientos, tranquilizar su mente, potenciar su fuerza de voluntad, aprender a elegir, aumentar su autoestima y autocontrol, ser empáticos, comunicativos y adquirir habilidades sociales.
Asimismo, también es importante que tanto los padres como los profesores asuman que son parte fundamental de este tratamiento para “establecer unos métodos para la modificación de la conducta, con un régimen claro y estructurado que contenga premios pero también castigos, sin son necesarios. El tratamiento siempre debe contar con el apoyo y consejo de un especialista: psiquiatra, psicólogo o terapeuta infantil”, señala la doctora Nuria Paredes, especialista en Medicina General de MGC Mutua.
La especialista recomienda a los padres comprender que una permisividad excesiva no va ayudar a sus hijos ya que va a impedir que aprendan a ser responsables de sus propios actos. “No es bueno eximir por completo a estos niños de las tareas, normas y responsabilidades que se aplican a otros niños”, asegura.
Ofrece además una serie de consejos que pueden ser útiles para los progenitores:
– Establecer una rutina diaria en el ocio, trabajo, comidas y hora de irse a la cama.
– Concreción con las instrucciones y deberes del niño (no decirle “pórtate bien”, sino “juega durante diez minutos” con el juguete que le guste).
– Reglas claras y fáciles de entender (como cuánta televisión puede ver al día).
– Coherencia en el trato con el niño.
– Planificar programas para aumentar gradualmente el nivel de concentración del niño (con la ayuda de un profesional).
– Si tiene hermanos, no dirigirse en conjunto a los niños, sino a él específicamente.
– Utilizar premios de forma coherente para reforzar los comportamientos adecuados.
– Por el contrario, aplicar sanciones (hoy no hay televisión o consola) ante comportamientos inadecuados.
– Es fundamental mantener una comunicación constante con el colegio del niño.
La doctora Paredes insiste en que “aproximadamente la mitad de los niños que padecen el trastorno hipercinético presentan una remisión completa de los síntomas al llegar a la pubertad, rara vez antes de los 12 años”. Sin embargo, un número significativo de niños experimentará problemas que persistirán en la vida adulta: “En un 15-20% de casos los síntomas persisten durante la vida del paciente y podrán ir acompañados de otros como depresión, ansiedad, conductas antisociales…”, concluye.
