Objetos de apego infantil: ¿hay que quitarselo al niño en algun momento?
Tal es la pasion y el vinculo emocional que se suele establecer con este objeto – se estima que el 70% de los niños tienen uno– que siempre esta a su alcance y le acompaña en todos o casi todos sus desplazamientos: viajes, paseos al parque, la escuela infantil y, sobre todo, a la cama, donde tambien le ayuda a conciliar el sueño. De hecho, un curioso y muy interesante en un estudio realizado por la Universidad de Bristol y publicado en la revista Cognition se les pidio a los padres de varios niños de entre 3 y 6 años que llevaran a sus hijos al laboratorio acompañados por su objeto de apego.

Muchos padres tienen la idea preconcebida de que este objeto no debe permanecer por mucho tiempo o de forma muy intensa en la vida del menor, que puede crearle demasiada dependencia y que habra que retirarselo en algun momento concreto. Nada mas lejos de lo recomendado por los especialistas. Segun estos, debe ser el propio niño quien por iniciativa propia y de manera natural vaya perdiendo el interes por este objeto o muñeco de apego. ¿Cuando ocurrira esto? No existe una edad ni un momento concreto sino que sera el niño quien llegue a esta fase segun su propio desarrollo madurativo.
¿Por que no conviene quitarselos antes de tiempo? Las razones que arrojan los expertos son varias. Por un lado porque genera una sensacion se seguridad en el niño, porque le ayuda a mantener el vinculo afectivo con los padres sobre todo cuando estos no estan presentes (por la relacion de afecto tan profundo que mantiene con el y porque, en parte, suple la figura de los progenitores), porque le ayuda a ganar independencia emocional frente a los adultos (aunque pueda parecer todo lo contrario), porque estimula su capacidad para crear vinculos afectivos, porque le ayuda a expresar sus emociones y porque, en ningun caso, perjudica su desarrollo ni su madurez.