Qué es y en qué consiste la ‘respiración de abeja’: la técnica de yoga para relajarte en pocos minutos
A estas alturas la práctica del yoga se ha instalado de tal forma en nuestra sociedad que términos propios como asanas o pranayamas no suenan tan lejanos como tiempo atrás. Influencers de todo tipo que han divulgado los beneficios de este ejercicio han hecho mucho, pero también el boca a oreja: el yoga impulsa el necesario equilibrio cuerpo-mente. Si no tenemos mucho tiempo para el ejercicio diario, la llamada respiración de abeja es una buena idea.
El ritmo actual de vida hace que conseguir dicho equilibrio sea cada vez más difícil: horarios laborales que se alargan, las tareas del hogar, cuidado de la familia… Es difícil encontrar apenas 30 minutos para poder estar en calma e intentar reducir el estrés y ansiedad que se puede acumular a lo largo del día por múltiples circunstancias.
El yoga ofrece la ventaja de que puede practicarse de forma presencial en una clase diaria o bien seguir clases online que se pueden encontrar en innumerables canales. Si se desconoce el yoga lo ideal es decantarse por la primera opción para poder adaptar de forma adecuada el ejercicio a nuestra condición física.
Qué son las ‘pranayamas’
Se trata de un término familiar para todas aquellas personas que practican yoga hoy en día. Junto a las asanas o posturas, configura el vocabulario básico de esta práctica. Pranayama procede del sánscrito y significa control de la respiración, siendo una combinación de prana (energía) y ayama (control, disciplina).
La importancia de la respiración en el yoga queda demostrada por el hecho de que las sesiones empiezan por ella: la persona debe practicar una respiración determinada, pensada para el tipo de yoga que va a realizar. Además de inducir a la calma, esa forma de respirar ayuda a conectar con uno mismo, a provocar la concentración necesaria para que la práctica sea lo más fructífera posible.
Respiración de abeja: qué es y qué beneficios tiene
La respiración de la abeja, también conocida como brahmari (abeja en sánscrito) pranayama, se caracteriza porque se reproduce el zumbido de una abeja. Esta pranayama busca aislarse todo lo posible del mundo exterior, repleto de ruidos y distracciones, y llevar la mente a un estado de silencio. Para ello habría que seguir unas pautas muy sencillas que llevan a bloquear los sentidos, repitiendo el ciclo al menos diez minutos diarios:
- Postura adecuada: cómoda, con la columna vertebral erguida.
- Bloquea los oídos con los dedos pulgares.
- Coloca los dedos índices en la frente, encima de las cejas.
- Los dedos corazón, anular y meñique descansan sobre los ojos.
- Inhalación profunda por la nariz.
- Al exhalar lentamente, imita el zumbido de la abeja con la boca cerrada.
Además de los beneficios de cualquier pranayama, como es llegar a un estado de paz interior y, por tanto, de bienestar general, en este caso concreto ayuda a conciliar el sueño y activa el sistema parasimpático. El zumbido aumenta la concentración y además la vibración en la garganta ayuda a fortalecer las cuerdas vocales, mejorando la calidad de la voz, beneficio extra que puede interesar a aquellas personas para las que esta sea una herramienta de trabajo.
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