¡Cuidado con algunas dietas!
La de la alcachofa, la que elimina los lácteos, la de la sopa€. Hay dietas de todos y para todos los gustos, pero no siempre son buenas para la salud, y los nutricionistas desaconsejan muchas de ellas. En la actualidad existen un sinfín de dietas cuyo objetivo es adelgazar. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y muchas pueden resultar perjudiciales para la salud. He aquí algunas:
Dunkan. Se basa en el consumo de proteínas, eliminando en la primera fase todo tipo de verduras o legumbres. Este desequilibrio hace que se fuerce mucho el riñón, lo que puede causar daños graves. Sin llegar a casos extremos, hay síntomas que surgen rápido, como el estreñimiento o la halitosis.
Macrobiótica. Inspirada en el budismo y la antigua medicina china, cuenta con multitud de seguidores. Los cereales integrales son los más consumidos, mientras que hay multitud de alimentos prohibidos como los procesados, la carne o los lácteos. Más que una dieta, se trata de una filosofía de vida que puede ser beneficiosa solo si no se lleva al extremo.
De la zona. Se basa en los números. 5 son las veces que tienes que comer al día y 40-30-30, las proporciones de nutrientes esenciales que debe incluir cada plato, es decir, carbohidratos, proteínas y grasas. No es nada restrictiva, pero para que sea eficaz se suele combinar con otras dietas, con lo que eliminamos la parte equilibrada de este régimen.
Alcalina. Consiste en tomar alimentos alcalinos, como cereales, legumbres integrales y verduras casi crudas. El objetivo es mantener el pH del organismo. Se excluyen los alimentos de origen animal, por lo que nos encontramos con serias deficiencias de aminoácidos esenciales, con consecuencias graves para la salud.
Lo que sí funciona
Marcarse un objetivo. Cuando nos ponemos a dieta, uno de los aspectos más importantes es determinar el número de kilos que queremos perder y el tiempo que nos debe llevar, ya que una bajada de peso rápida tendrá un efecto rebote.
Reducir grasas y azúcares. Evita los fritos, los embutidos y los dulces, cocina a la plancha o al horno y con el mínimo aceite posible. De guarnición, siempre verduras: sacian, son ricas en fibra y tienen muy pocas calorías.
Comer poco varias veces al día. Así evitarás tener hambre y los atracones. Masticar despacio ayuda mucho.
Hacer ejercicio físico. No hace falta machacarse en el gimnasio, basta con salir a caminar todos los días.
