Raymond Miralbell: “Dentro de 5 a 10 años la protonterapia estará indicada en cerca de un 15% tumores frente al 2% actual”
Cada 21 de diciembre, por iniciativa de la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer se celebra anualmente en nuestro país el día Nacional del Niño con Cáncer con el objetivo de concienciar y dar a conocer a toda la sociedad esta enfermedad que, aunque poco frecuente (afecta a 138 por cada millón de menores de 15 años) sigue siendo la segunda causa de muerte en esta franja de edad por detrás de los accidentes.
Actualmente, el 80% de los pacientes con cáncer infantil logra superar la enfermedad gracias a los avances científicos y terapéuticos. Uno de ellos es la protonterapia, un tipo de radioterapia avanzada que permite atacar el tumor de manera más efectiva y con menos efectos secundarios, algo especialmente beneficioso en el caso de los niños. Dr. Raymond Miralbell, director científico del Centro de Protonterapia Quirónsalud, nos explica en qué consiste esta terapia y por qué es especialmente beneficiosa en el caso de los niños.
¿En qué consiste la protonterapia?
La protonterapia es un tipo de radioterapia externa que usa haces de protones para irradiar tumores. Los haces de protones se producen a partir de átomos de hidrógeno, a los que se extrae el único electrón del que disponen y, mediante un ciclotrón (un potente acelerador circular en cuyo interior dan vueltas, aumentando su energía hasta el punto deseado) se obtienen los haces en cuestión que son dirigidos mediante potentes imanes hacia el tumor en cuestión, para su destrucción.
Entre los beneficios que destacan frente a la radioterapia convencional es que es más precisa y necesita de menos radiación. ¿Qué supone eso para los pacientes, especialmente los pediátricos?
La terapia con protones ha supuesto un avance muy importante en el tratamiento de ciertos tumores muy difíciles de curar con radioterapia convencional, ya sea por las elevadas dosis de irradiación necesarias, ya sea por la capacidad de los protones de reducir la dosis a los órganos sanos cercanos al tumor. Ello conlleva, automáticamente, reducir los efectos secundarios ligados a la radioterapia de manera significativa. Este último escenario es la base de su aplicación para tratar tumores sólidos infantiles. Así pues, la radioterapia con protones podemos afirmar que representa, una alternativa avanzada, segura y efectiva en la lucha contra algunos tipos de cáncer dado que permite “esculpir” de forma óptima la dosis de radiación alrededor del tumor en oposición a técnicas de radioterapia convencional que utilizan fotones (o rayos X).
“El beneficio principal de la protonterapia es que incrementa el control tumoral con el menor coste posible en términos de efectos secundarios, una ventaja todavía más acusada en la edad infantil”
¿Qué otros beneficios tiene?
El beneficio principal es el de incrementar el control tumoral con el menor coste posible en términos de efectos secundarios, diferentes en cada caso dependiendo de la región anatómica donde crezca el tumor. En el caso de los tumores pediátricos, esta ventaja es todavía más acusada, ya que la edad infantil es la fase de la vida en que los órganos están en pleno apogeo de crecimiento y maduración.
¿En qué tipo de tumores está indicado?
Además de tumores muy agresivos de la base de cráneo y del canal medular y de los tumores pediátricos sólidos del sistema nervioso central y musculoesqueléticos, la protonterapia es especialmente útil en el caso de tumores intraoculares para evitar su enucleación. Concretamente, los melanomas coroideos precisan de altas dosis para su curación, pero al estar rodeados de órganos sanos muy sensibles, críticos para mantener la visión, cómo son el cristalino, la glándula lacrimal, la coroides y la retina, comprometen las posibilidades de un tratamiento eficaz y seguro por medios convencionales. También, en tumores de la esfera ORL, cuya irradiación con medios convencionales entraña un elevado riesgo de dañar las glándulas salivares, lo que potencialmente puede conllevar una sequedad de boca y lesiones graves de la dentadura y de las estructuras óseas subyacentes. Además, un sinfín de indicaciones están siendo investigadas hoy en día como, por ejemplo, tumores cerebrales en adultos jóvenes, o la posibilidad de proteger el corazón en pacientes con cáncer en la mama izquierda en las que la radioterapia esté indicada. Básicamente, podríamos decir que todo paciente, en el que un incremento de dosis de radiación al tumor sea necesario para aumentar la probabilidad de control de la enfermedad o, inversamente, en la que una reducción de la dosis a los órganos críticos circundantes sea prioritaria, es potencialmente candidato a un tratamiento con protones.
“La protonterapia es una alternativa avanzada, segura y efectiva contra algunos tipos de cáncer, especialmente infantiles”
En el centro de protonterapia de Quirónsalud, el primero de estas características en España, habéis tratado ya a más de 100 niños. ¿Cómo suelen responder los niños a este tratamiento?
Durante el tratamiento e inmediatamente después, en los menos de dos años de seguimiento, la tolerancia ha sido excelente. Un hecho muy revelador y que habitualmente ocurre en niños tratados según protocolos de quimioterapia y radioterapia convencional es que la alta frecuencia de interrupciones del tratamiento por problemas de agudización de la toxicidad hematológica consistente en una disminución severa de las cifras de leucocitos y/o plaquetas circulantes en sangre. Estos efectos conllevan riesgo de infecciones y sangrados potencialmente graves. Pues bien, según lo observado por nuestro equipo, en estos dos años ninguno de los pacientes pediátricos tratados con protones ha visto su tratamiento interrumpido por efectos hematológicos agudos indeseables.
¿Se tiene que complementar con otro tipo de tratamientos?
Efectivamente, la protonterapia no compite con la cirugía cuando aquella está indicada; tampoco compite con indicaciones convencionales o investigacionales de quimioterapia o inmunoterapia complementarias, cuyo objetivo es atacar la enfermedad lejos del tumor primitivo (tratamientos sistémicos). La protonterapia solamente compite con la radioterapia convencional en aquellos casos que reúnan las condiciones o bien de agresividad local y resistencia a dosis subóptimas de irradiación por medios convencionales, o bien cuando el objetivo sea reducir al máximo el riesgo de efectos secundarios severos.
¿Se convertirá en un futuro en una terapia habitual, extendida en España?
Es muy posible que, dentro de 5 a 10 años, la protonterapia esté indicada en cerca de un 15% tumores frente al 2% actual. Ello probablemente hará necesario aumentar los recursos en esta tecnología y multiplicar el número de unidades de tratamiento por un factor 10, en relación con las 2 que actualmente están en función en España.
Actualmente, más del 80 por ciento de los tumores pediátricos logran controlarse gracias a la combinación de diversos tratamientos. ¿Cómo podría contribuir la protonterapia a aumentar este porcentaje?
La mayoría de los tumores infantiles en los que está indicada la radioterapia, ya sea con protones o convencional, son sensibles a dosis relativamente moderadas de irradiación. Así pues, un incremento de dosis no es necesario en la mayoría de los casos. Probablemente superar el 80% de curación actual solamente sea posible a través de terapias sistémicas más efectivas.