mujer recibiendo tratamiento perdida cabello clinica
El pelo también puede ser un reflejo de lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo. Muchas enfermedades pueden alterar la calidad y el aspecto de nuestro cabello. Prestar atención a su aspecto puede darnos pistas sobre el estado de nuestra salud.
Algunos de los órganos más diminutos de nuestro cuerpo son los folículos, que producen y nutren el cabello. El pelo sólo puede crecer donde existen folículos.
El crecimiento del pelo es un proceso complejo. Cada diminuto folículo pasa por diferentes etapas cíclicas. La primera corresponde al crecimiento activo del pelo (fase “anógena”), antes de que se este se detenga (fase “catágena”). A continuación, el cabello se pierde o se desprende del folículo (la fase “telógena”).
Algunas dolencias también hacen que el pelo crezca en lugares donde no debería. En los recién nacidos, la aparición de mechones cerca de la base de la columna vertebral puede indicar espina bífida oculta. Esto ocurre cuando las vértebras inferiores de la columna no se han formado correctamente, dejando la delicada médula espinal cubierta sólo por piel.
El hirsutismo es otra afección en la que el vello crece en exceso, pero con un patrón típicamente masculino: en la cara, los labios, el pecho y los brazos. Esto se debe a las hormonas andrógenas, concretamente a la testosterona, que en niveles elevados favorece el crecimiento del vello en estas regiones. Esto puede observarse en el síndrome de ovario poliquístico.
El cabello también puede empezar a caerse en cantidades anormales, volviéndose más fino o ausente en determinadas regiones del cuerpo. El término médico para la caída del cabello es alopecia y puede ser localizada o generalizada. Las causas de la alopecia son múltiples e incluyen infecciones, anemia ferropénica, niveles bajos de hormona tiroidea y uso de medicamentos (incluida la quimioterapia).
Por su parte, la calvicie de patrón femenino suele afectar primero a la línea frontal del cabello y provoca un adelgazamiento capilar más que una pérdida completa. El papel de la testosterona es más discutible en las mujeres, pero se atribuye a una causa hormonal, ya que el adelgazamiento es más frecuente alrededor y después de la menopausia.
Los trasplantes capilares también son un posible remedio, ya que reubican cultivos de cabello en las zonas calvas. Hay dos formas de realizarlos: se pueden recolocar varios injertos pequeños “perforados” o una tira de piel más grande. Los injertos se toman de piel con vello del propio paciente: éste es un ejemplo de autoinjerto.
Seleccione un grupo de entre 30 y 50 cabellos (una pequeña mata) y pase los dedos desde su base en el cuero cabelludo hasta las puntas. No es necesario tirar con fuerza; basta con una tracción suave para desprender un pelo que se está cayendo. Fíjese en cuántos ha arrancado.
Los cambios en el cabello pueden no deberse simplemente a la edad o al peinado. Hay muchos patrones de crecimiento y caída que debe tener en cuenta. Preste atención a cualquier diferencia que note usted o su peluquero.