Relacionan el consumo crónico de omeprazol con un 24% más de riesgo de morir
El omeprazol es en la actualidad uno de los fármacos más consumidos en nuestro país; en parte, quizás, por la concepción errónea de que sirve como ‘protector de estómago’. No sólo eso, sino que muchas veces se olvida que, como cualquier medicamento, su uso puede tener efectos secundarios y consecuencias importantes.
En particular, en los últimos años los científicos han ido encontrando muchos riesgos asociados especialmente al consumo crónico de este medicamento. Por ejemplo, en el año 2023 un estudio publicado en el medio especializado Alzheimer’s & Dementia encontró que el uso habitual se asociaba a un mayor riesgo de desarrollar demencia.
Mayor riesgo mortal y cardiovascular
Relacionado con esto, un nuevo artículo publicado en Drugs and Aging concluye que el consumo frecuente de omeprazol incrementa el riesgo de mortalidad hasta en un 24%, el de infarto de miocardio en un 36% y el de ictus en un 14%.
Este resultado parte de un análisis de los datos de 280.000 adultos de Lombardía (Italia) con diabetes y mayores de 65 años de edad. Hay que destacar que dado el tamaño de la muestra y las características de la población estos aumentos son relativamente modestos.
Igualmente, al tratarse de un trabajo estadístico, el estudio alumbra una correlación entre fenómenos (el consumo del fármaco y la mortalidad/el riesgo cardiovascular) pero no puede servir de evidencia de una relación causal entre uno y otro. Pueden ser otros factores los que estén detrás; por ejemplo, la incidencia de patologías o molestias para las que es común tomar omeprazol podría influir en la mortalidad y en el riesgo de eventos adversos cardiovasculares graves como el infarto o el ictus.
La importancia del uso responsable
Sea como sea, este tipo de investigaciones sí que nos recuerdan la necesidad de hacer un uso correcto de los fármacos. En este caso, mientras que el omeprazol (y otros de su familia, la de los inhibidores de la bomba de protones) pueden ofrecer beneficios claros a aquellos pacientes cuyas características aconsejan su uso, tomarlo fuera de la pauta podría aumentar innecesariamente ciertos riesgos.
Esto resulta especialmente cierto en personas que ya padecen patologías previas o que toman otras medicaciones; al fin y al cabo, no podemos olvidar que el uso de algunos fármacos puede dar lugar a empeoramientos de los síntomas o incluso a interacciones entre diversas sustancias.
Al final, hacer un uso responsable de las medicaciones redunda en nuestro propio bienestar; siempre que sea posible, lo mejor es dejarse guiar por el criterio de los profesionales.
Referencias
Nelsan Pourhadi, Janet Janbek, Christina Jensen-Dahm, Christiane Gasse, Thomas Munk Laursen, Gunhild Waldemar. Proton pump inhibitors and dementia: A nationwide population-based study. Alzheimer’s & Dementia (2023) DOI: https://alz-journals.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/alz.13477
Foresta, A., Fernandez, L.O., Torrigiani, G. et al. Proton Pump Inhibitor Use and the Risk of Cardiovascular Complications and Death in Older Adults with Diabetes: A Population-Based Cohort Study. Drugs & Aging (2024). DOI: https://doi.org/10.1007/s40266-024-01097-x
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