Cómo quererse a uno mismo sin necesitar una pareja
Todavía hoy la sociedad tiene la arraigada idea de que para ser felices necesitamos una pareja, y si no la tenemos nos sentimos fracasados. Esta idea de la felicidad puede llevarnos a sentir que valemos menos si no tenemos pareja y afectar seriamente a nuestra autoestima e incluso a nuestra salud mental. Adrián Viedma y Raquel Moyá, psicólogos de la plataforma ‘¿Y Psi Hablamos?’, nos cuentan por qué ocurre esto y cómo podemos hacer para sentirnos igual de queridos sin necesidad de tener una pareja a nuestro lado.
¿Por qué asociamos pareja a felicidad?
Aunque no queramos, la sociedad a todas horas nos bombardea con la idea de que, para ser feliz, no hay más que echar un vistazo a lo que nos rodea. Como nos explica Adrián Viedma, “vivimos en una sociedad que nos marca la felicidad en la consolidación de la pareja en forma de matrimonio, tenemos un género en las novelas y películas que tiene que ver con conseguir pareja, mucha gente sigue idolatrando los grandes amores de las series como Ross y Rachel o Chandler y Mónica, mucha de la música va sobre el amor, nos dicen que no estamos completos si no tenemos pareja, si estamos solteros sólo somos media naranja, tenemos un ritual específico para consagrar la unión entre dos personas y es un ritual que se mantiene en nuestra sociedad independientemente de tus creencias religiosas… En un mundo que no para de decirnos “Serás feliz cuando tengas pareja” es difícil no tener esa idea incrustada”. Esto no ocurre, por ejemplo, con otro tipo de relaciones, “la pareja es la relación de amor por antonomasia y se le atribuye un valor mayor al de las relaciones amistad, por ejemplo. Nos encontramos en un estado continúo de reforzamiento positivo de esta idea de que el amor trae la felicidad. Y es obvio que tener pareja nos hace sentir queridos”.
Por suerte, aunque despacio, esto está cambiando, y “hay toda una generación cuestionándose la idea de amor romántico, ya que supone una relación de dependencia emocional y perjudica especialmente a la mujer a la vez que deja fuera a muchos colectivos. Ya no se trata de tener una pareja para casarse y tener hijos, empezamos a ver a nuestras parejas como compañeros de viaje”.
¿Cómo nos afecta desear pareja y no tenerla?
Cuando deseamos algo y no lo tenemos -y más cuando toda la sociedad nos empuja a que tenemos que tenerlo- lo normal es que se experimenten sentimientos de frustración. A esta frustración que no siempre sabemos manejar, se unen otras asociaciones que, sin quererlo, tenemos asimiladas internamente, como que para tener pareja tenemos que cumplir determinadas expectativas, como “belleza, habilidades sociales, capacidad económica, etc. y solemos obviar factores externos como es la suerte, la compatibilidad, momentos vitales, proyectos de vida… En este panorama, es normal sentir que si no logras una pareja es debido a tus habilidades personales. Por tanto, si nuestras habilidades fallan, nuestro autoconcepto es atacado y nuestra autoestima se ve afectada”, aclara Adrián Viedma.
“La principal fuente de ese amor debe ser el amor propio. Después, lo complementamos con el “de allegados, amigos, y si la tienes, de la pareja. Pero la pareja es solo una más de las fuentes que hay de amor”
Esto se acentúa, además, en el caso de las mujeres, “los productos dedicados a las mujeres tienen un foco importante en el amor, en conseguir una pareja para siempre y en ser una buena chica. Por suerte, esta tendencia está cambiando, pero sigue estando muy presente en nuestra sociedad”, añade.
¿Por qué no es necesario tener pareja para sentirse querido?
Para sentirnos queridos no necesitamos una pareja, sino amor propio y autoestima, como apunta Raquel Moyá, y la principal fuente de ese amor, somos nosotros mismos. Después, lo complementamos con el amor “de nuestros allegados, amigos y familiares y a veces, si la tienes, de la pareja. Pero la pareja es solo una más de las fuentes que hay de amor. En cualquier caso, la más importante es la que nos tenemos a nosotros mismos. Ese es el verdadero romance y la auténtica revolución aún por descubrir cuando consigamos desmitificar las ideas románticas del amor y de la pareja. El amor de tu vida has de ser tú”, asegura tajante.
Si no nos sentimos queridos si no tenemos pareja, ¿es por falta amor propio entonces? “Me temo que en general sí -continúa-. Si una relación no está equilibrada ni es sana es porque la relación con uno mismo no lo está. Cuando uno tiene carencias, se relaciona desde la necesidad, busca en el otro algo. No es ya una unión libre, y muchas veces busca justamente el amor que le falta. Eso nos puede llevar por ejemplo a una relación de dependencia emocional. Hay que quererse y trabajar en terapia si lo necesitas nuestra relación con nosotros mismos. Por suerte, aunque vengamos de una serie de traumas o eventos complicados, la autoestima es algo que se puede mejorar y mucho con la ayuda de un psicólogo, existen terapias específicas para mejorar tu autoestima”.
Para elevar nuestra autoestima, Adrián Viedma nos aconseja…
•Trabajar desde el autoconcepto: “¿Quién soy? ¿Qué cosas buenas tengo? ¿Qué cosas malas tengo? ¿Estoy feliz con quién soy o quiero cambiar? Son preguntas que nos podemos hacer para empezar el viaje de ser quienes queremos ser. La primera relación que debemos cuidar es la que tenemos con nosotros mismos y eso debe hacerse desde el respecto, dándonos margen para equivocarnos y para ser felices. Una vez te quieres a ti mismo ya no dependes de los demás para sentirte amado”.
•Trabajar en la idea del amor y deconstruirlo. “La idealización de tener pareja como fin último que nos dará felicidad es algo que debemos destruir porque entonces deshumanizamos a las personas. Normalmente primero queremos pareja, por ello recurrimos a conocer a gente a través de apps o saliendo de fiesta o preguntado a amigos. Yo propongo hacerlo al revés, conocer gente y entonces puede que surjan candidatos para ser nuestra pareja”.
•Trabajar en apreciar las relaciones de amistad como relaciones igual de válidas e intensas que las relaciones de pareja. “La relación de pareja es distinta porque construimos el proyecto vital alrededor de ella. Sin embargo, la intensidad y calidad de una relación de amistad debería poder ser igual a la de una relación de pareja y debería tener los mismos principios de respeto a los límites y necesidades de la otra persona. La responsabilidad afectiva no sólo involucra a la pareja, también a las amistades. Cuidando nuestras amistades tendremos una red de apoyo y cuidados que nos hará sentir plenos. Así, cuando llegue la relación de pareja puede aportar más, pero ya no será nuestra única fuente de apoyo y cuidado”.
“La intensidad y calidad de una relación de amistad debería poder ser igual a la de una relación de pareja”
Para terminar, Raquel Moyá nos da algunos consejos para querernos y sentirnos queridos sin necesidad de pareja:
•Ponte a ti en el centro de tu vida. Sé el protagonista de tu obra. Quererse más es empezar por tratarse con respeto y cariño, hablarse bien, cuidarse y escuchar tus necesidades. Piensa cómo te gustaría ser tratado y empieza a tratarte de esa forma.
•Toma decisiones acordes a tus necesidades, y si no sabes cuales son, primero pregúntate “¿qué necesito?”.
•Concédete caprichos, no tengas tantas normas contigo mismo, la vida es algo mucho más relajado de lo que nos autoimponemos.
•Perdónate. Perdona las cosas de las que te arrepientes o que has hecho mal.
Asume que no eres perfecto ni nunca lo serás, esta es la mano con la que te ha tocado jugar, juega.
•Haz de tu vida lo que te apetezca, sin pensar mucho en el qué dirán.
•Mímate y trátate bien. Alguna vez, aunque suene ridículo, abrázate. Quiérete desde ahora.