Consultorio de Coaching: Por que no importa aquello que te depara septiembre
Sin vision
Miro al septiembre proximo y veo una nube blanca como el cielo panza de burra de las montañas donde veraneo. ¿Habra cole y con el volvera cierta cordura a padres y madres? ¿Volvere al nivel de trabajo pre-confinamiento? ¿Se seguira extendiendo el virus?
A menudo me sirvo de una vision para guiarme en cada periodo, pero esta vez no consigo crear una. El no saber me genera angustia. Intento informarme de expertos. Aquellos que saben lo que vendra. Tampoco se ponen de acuerdo. Y aunque lo hicieran dudo que los fuera a creer. Me doy cuenta de que la mente no puede vencer el no saber. Juegan en ligas distintas. La mente crea un planeta y dice esta es la realidad. Cuando la incertidumbre rompe esta proyeccion, la mente simplemente se queda sin recursos, mas alla de dar mas y mas vueltas a lo mismo.
¿Como aproximarse a no saber?
Si el no saber no se puede aproximar desde la mente, ¿desde donde? Pues desde la cruda experiencia del aqui y al ahora. Desde el sentir consciente del cuerpo. Desde experimentarme como la consciencia que soy. En este espacio, la mente es accesoria. Basta saber que respiro, que existo y ocuparme de aquello que surge en cada momento.
Mi mente vuelve a septiembre. ¿Hasta que punto habra hecho mella en nosotros la crisis economica? ¿Como afrontara el sistema sanitario la gripe combinada con el corona virus? ¿Podremos proteger a las personas mas vulnerables?
Ardiendo en el presente
Sigo ahondando en el no saber. Ahora me vacia las manos de futuro, llenandolas de presente. Estar presente significa aumentar la conciencia. Y hacerlo no es facil. Ver patrones inconscientes engranados en mi durante años, me saca de golpe de mi zona de confort. En el presente lo que sentimos pasa a primera linea: lo agradable y lo inquietante. Por ello habitarlo significa soltar las muchas formas de anestesiarnos que practicamos para no sentir el dolor… lo que adormece tambien nuestra capacidad de sentir placer.
Por eso en el presente de estas lineas, me siento tiranizada por mi progenie en su sueño confinado de cinco meses sin cole, marco el limite adecuado y meto la pata a partes desiguales. En el presente, siento el dolor de los bosques cantabros diezmados para fabricar artilleria hace ya tres siglos. Este dolor me conecta con una tierra que apenas conozco y me sumerge en su abrumadora belleza. Me limito a percibir sin etiquetar, ni aferrarme a lo que experimento.
La fantasia tambien es huir
Estar presente me invita a soltar, no solo a molestas neuras y rollos mentales, sino tambien habitos mentales aparentemente placenteros. Hace poco en uno de mis programas de coaching, explorabamos con un cliente los efectos de fantasear, es decir imaginar opciones vitales posibles por el placer de hacerlo, como por ejemplo, tener una aventura con alguien, o seguir tal impulso u otro. No hago daño a nadie me decia a el y me lo paso bien imaginando. Fantasear o imaginar vidas posibles era un impulso mental que segun el, nacia del miedo a desperdiciar su unica vida. Si no, ¿como puedo saber que estoy viviendo lo que tengo que vivir?, se preguntaba. Sin embargo, con la distraccion (como el consumo de noticias y redes sociales de forma compulsiva o la fantasia –ambas artimañas de la mente-, estamos huyendo consciente o inconscientemente del momento presente. Cuando el secuestro ocurre, no estamos aqui, sino en otro lugar, el lugar al que nos lleva el vehiculo de nuestra mente. Es entonces cuando echamos a perder el momento presente, ya que sencillamente no lo percibimos, no lo recibimos y por ello, no podemos honrarlo.
Mi mente vuelve a septiembre. ¿Todavia iremos con mascarillas? ¿Que pasara con las actividades extraescolares? ¿Podremos empezar a viajar?
Empezando a fluir
Me devuelvo al presente, con la tenacidad y paciencia de la entrenadora de un jugueton cachorro. Lo importante de practicar la presencia no es tanto el tiempo en que nos mantenemos en ella, si no el hecho de darnos cuenta de cuando abandonamos este estado de consciencia, para retornar a el cuanto antes. Por eso, celebro internamente mi capacidad de volver. En el proceso mi impulso a hacer sin tregua se calma. Decido no hacer la mitad de cosas, mejor aun, decido no preocuparme por casi nada y sorpresa: ¡la Tierra continua girando! Desde este espacio, nacen en mi acciones teñidas de una nueva fuerza, mas enraizadas, mas energicas. Las transiciones entre el hacer y el ser se suavizan y tengo la sensacion de fluir sin cortes bruscos como en una novela de Baudelaire en su exquisita prosa. Hay momentos de dolor, pero tambien de gozo y sobretodo de dulce gratitud por el mero hecho de estar viva.
¿Que diantre pasara en septiembre? ¿Se colapsara el sistema y volveremos a las cuevas? ¿Nos quedaremos sin aire limpio para respirar? ¿Podremos empezar una normalidad sostenible?
Espacio y vitalidad
Sigo sin saber quepasara en septiembre. Sin embargo en el aqui y el ahora me llena la confianza de que personal y colectivamente encontraremos los recursos para afrontarlo. La ventaja de practicar la presencia, soltando la omnipresente tirania de la mente en sus preocupaciones, fantasias y distracciones es que liberamos enormes cantidades de energia que expanden la intensidad, la creatividad y el potencial del momento presente.
De nuevo suelto ese dichoso mes y me concentro en este humedo, verde y espacioso momento de agosto. El unico que existe para mi, para ti, para todos. Me centro en terminar de escribirte estas lineas, invitandote a soltar el despues y a abrazar radicalmente el aqui y el ahora. Una y otra vez, recibe la madeja de texturas y experiencias que te regala el presente, y tejelas con cada celula de tu ser, con cada destello de tu consciencia –aquello que realmente eres-, para quien el tiempo no existe, ni mucho menos septiembre.