Identifican marcadores cerebrales en los niños con déficit de atención
Uno de los problemas que han marcado la atención a los pacientes con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) ha sido la falta de métodos y criterios de diagnóstico más objetivos. Hasta ahora, la única manera de identificar este trastorno era una lista de síntomas que debían ser interpretados por el profesional.
Efectos en todas las áreas del cerebro
Eso podría cambiar gracias al descubrimiento de un grupo de investigadores, que será expuesto en la 108ª Asamblea Científica y Reunión Anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica, que tendrá lugar durante la semana próxima.
Tal y como anuncian a través del portal EurekAlert!, analizaron los datos obtenidos de las resonancias magnéticas de casi 8.000 niños, de los que 1.798 tenían diagnóstico de déficit de atención, teniendo en cuenta métricas como el volumen del cerebro, su superficie, la integridad de la materia blanca y su conectividad funcional.
De esta manera, encontraron varias características que pueden considerarse biomarcadores del trastorno, con lo que permitirían un diagnóstico preciso a través de técnicas de neuroimagen.
Un desorden neurológico
Uno de los aspectos que destacan es que encontraron cambios significativos en todas las regiones del cerebro investigadas. Esto resulta sorprendente, dicen, porque la evidencia previa sólo apuntaba a posibles diferencias en áreas concretas.
Por ejemplo, identificaron una conectividad anormal en los circuitos neuronales involucrados en el procesamiento auditivo y de la memoria; también, un córtex más delgado y cambios microestructurales en la sustancia blanca, especialmente en la región frontal del cerebro.
Coincidentemente, el lóbulo frontal es un área involucrada en el control de la impulsividad y la atención, dos aspectos que se ven claramente afectados en síndrome de déficit de atención.
Resultados como el de este trabajo, dicen los investigadores, subrayan que el déficit de atención es un desorden neurológico con manifestaciones neuro-estructurales y 2funcionales, y no sólo un síndrome externalizado en la conducta.