El efecto del agua con azúcar para aliviar las agujetas tras hacer ejercicio físico: ¿Realidad o mito?
No cabe duda de que la nutrición está de moda, sin embargo, la creencia en España de que el agua con azúcar sirve para aliviar los dolores musculares tras la realización de ejercicio físico intenso viene de varias décadas atrás. Ahora bien, ¿qué hay de cierto en esta afirmación? Para responder a esta cuestión, lo primero que hay que saber es que lo que comúnmente los deportistas, sobre todo los principiantes, conocen como agujetas son en realidad microlesiones de las fibras de la musculatura o pequeños procesos inflamatorios de la misma tras un gran esfuerzo físico, que se hacen aún más fuertes pasadas 48 horas.
Esta microrrotura, se produce porque las fibras musculares no son lo bastante fuertes como para aguantar ese nivel de esfuerzo, lo que provoca a una pequeña reacción inflamatoria, que es responsable no solo de las molestias, debido a que estimula las fibras nerviosas que lo generan, sino también de la rigidez característica de las agujetas.
En resumidas cuentas, estas roturas dolerán más cuando no se está acostumbrado a un determinado movimiento, momento en el que tienen lugar las llamadas contracciones musculares excéntricas, momento en el que la musculatura debe contraerse de forma más fuerte.
Agua con azúcar para aliviar agujetas: ¿mito o realidad?
Antiguamente se creía que las agujetas eran el resultado de la acumulación de cristales de ácido láctico en el músculo, los cuales se formaban durante el ejercicio. De ahí surge la creencia de que tomar agua con el azúcar ayudaría a nuestro organismo a deshacer estos cristales eliminando las molestias musculares. Sin embargo, a día de hoy se ha comprobado que esta teoría es errónea. Así lo afirma la Dietista y Nutricionista Yasmina Martínez en una de sus publicaciones en Facebook.
“Las agujetas son microrroturas de las fibras musculares y una vez que han aparecido no podemos tomar una poción mágica que las haga desaparecer, aunque si podemos hacer algo para evitar su aparición. Por ejemplo, realizar actividad física de forma progresiva, evitando los cambios bruscos y haciendo estiramientos después del ejercicio y un calentamiento previo. De esta forma ayudamos al musculo a que se vaya adaptando poco a poco y evitaremos el abandono del ejercicio por ese temido dolor”, afirma esta profesional de la nutrición y dietética.
¿Qué comer para no tener agujetas?
En cuanto a lo que a alimentación se refiere, no hay ningún alimento en concreto que ayude a eliminar las agujetas una vez que ya han aparecido. De manera general es importante hidratarnos bien y comer de forma equilibrada. No obstante, según un estudio publicado por National Library of Medicine, en Estados Unidos, que se realizó a una serie de atletas, concluyó que los arándanos pueden ser un buen alimento para reducir o evitar el dolor muscular. Un consumo moderado antes y después del entrenamiento puede ser beneficioso para prevenir las agujetas.
Asimismo, tal y como indica el Doctor Francisco José Sarasa Oliván, el cual pertenece a la Unidad de medicina del Deporte Quirón, no deja de ser “un dolor muscular acompañado de inflamación muscular cuyo nombre médico es mialgia diferida”. Lo aconsejable es adecuar la intensidad y aumentarla a medida que seamos constantes con el ejercicio físico. Solamente así, conseguiremos evitar un dolor agudo que puede hacer que interrumpamos la práctica deportiva durante unos días.
¿Cómo prevenirlas?
Se recomienda un inicio o reinicio progresivo, de menos a más, de la actividad deportiva, y sin grandes cargas o esfuerzos iniciales. En cualquier caso, el descanso es fundamental, sobre todo si al día siguiente se pretende realizar otra jornada de entrenamiento.
Alimentarse debidamente, así como respetar las horas de sueño entre jornada y jornada, además de permitirse disfrutar más de la actividad, ayudará a que el cuerpo se recupere debidamente. Estos son algunos consejos a tener en cuenta:
- El masaje ayuda a aliviar la tensión de la musculatura.
- Medidas de compresión como vendajes o medias, ayudarán al drenaje de esos procesos metabólicos o inflamatorios dentro del músculo.
- El reposo activo en sí ayuda al descenso del dolor y debe ser activo porque el movimiento del músculo ayuda al drenaje, por eso se habla de reposo activo, moviendo esos segmentos musculares el dolor poco a poco va disminuyendo.
- La aplicación de vendajes neuromusculares también ayuda a percibir una menor sensación dolorosa.
- Crioterapia o baños de contraste, fríos y calientes, o uso de compresas frías y calientes.
- Los analgésicos y antiinflamatorios pueden ayudar a la aliviar la percepción del dolor o del problema, pero no a la evolución del proceso.
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