Los 6 hábitos que debes evitar para tener más energía, según un neurocientífico de Harvard
La salud física guarda una estrecha relación con la salud mental y la salud cerebral. Christopher Palmer, psiquiatra e investigador en neurociencia, lleva años estudiando las conexiones entre estos tres pilares de la salud humana y cómo lograr el equilibrio para mantenerse con energía y saludable con el paso del tiempo.
En un artículo publicado en el medio estadounidense CNBC, Palmer, que también es profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard, ha compartido seis hábitos que ha aprendido en su propia experiencia personal, y gracias a los cuales ha podido mantenerse en forma, tanto física como mentalmente.
La primera recomendación de Palmer está relacionada con la alimentación. En su opinión, no es aconsejable atiborrarse de alimentos ricos en carbohidratos. “La dieta juega un papel en la obesidad, la diabetes y la salud del corazón, pero la mayoría de las personas no se dan cuenta de que también tiene efectos profundos en el cerebro“, señala el neurocientífico.
Palmer, que padecía un síndrome metabólico, consiguió revertirlo con una dieta baja en carbohidratos: “Normalmente, tomo huevos para desayunar. A lo largo del día como verduras, frutas y una buena cantidad de carne, pescado y aves. Esto me ha ayudado a mantener un peso saludable y mantener mi nivel de azúcar en la sangre bajo”, explica.
El deporte también es imprescindible para mantenerse con más energía. “Nunca dejo de hacer ejercicio más de dos días”, sostiene Palmer, que apunta que además “es bueno para la salud mental”. En su caso, el entrenamiento óptimo que realiza es “de 45 minutos, de tres a cinco veces por semana. Además de los ejercicios de estiramiento y otros básicos, levanto pesas, corro, ando en bicicleta, nado y doy caminatas rápidas”, describe.
Otro hábito a evitar es no dormir menos de 7 horas cada noche, ya que “la falta de sueño puede resultar en un deterioro cognitivo que podría conducir a un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer con el tiempo”, apunta. Además, “puede afectar el estado de ánimo y contribuir a la depresión”, agrega Palmer.
Tal y como explica este neurocientífico, “cuando duermes, tu cuerpo entra en un estado de ‘descanso y reparación’. El cerebro sufre muchos cambios en las neuronas que desempeñan un papel en el aprendizaje y la consolidación de la memoria. Sin sueño, las células pueden caer en un estado de deterioro y comenzar a funcionar mal”.
En su caso, además de dormir “al menos siete horas por noche”, pone en práctica la rutina de “acostarse temprano, levantarse temprano”, ya que le ayuda a estar más agudo y concentrado durante todo el día.
El alcohol es el cuarto mal hábito a evitar, en palabras de este experto de Harvard. “Nunca bebo alcohol. Solía beber regularmente y, a veces, tomaba una copa de vino por las noches para relajarme”, ha contado. Sin embargo, todo cambió cuando en junio de 2020 dedició dejarlo por un mes: “En cuestión de semanas, noté mejoras en mi sueño y productividad, así que decidí dejar de beber por completo. Lo que es impactante es que no lo extraño en absoluto”, se ha sincerado.
El crecimiento personal y la salud emocional es otro de los puntos a tener en cuenta para mantenerse con mayor energía. Para ello, recurrir a la psicoterapia puede ser una buena idea, ya que puede ayudar a comprender quién eres y qué quieres en la vida, “lo que fortalecerá tu sentido de propósito”.
En este sentido, Palmer alaba los beneficios de la psicoterapia que se enfoca en la empatía, las relaciones, las habilidades sociales o la mejora de las habilidades cognitivas, puesto que “puede fortalecer los circuitos cerebrales que han estado subdesarrollados”.
Por último, la sexta recomendación de este experto es “no perder nunca el propósito en la vida”. “Los seres humanos están impulsados a tener un sentido de propósito. Creo que esto está programado en nuestros cerebros. Cuando las personas carecen de un sentido de propósito, puede inducir una respuesta de estrés crónico y conducir a una función cognitiva deficiente”, señala.
Este propósito, continúa Palmer, “es multifacético” al implicar “las relaciones con otras personas, contigo mismo y con tu comunidad”. “Todos deberíamos aspirar a tener al menos un rol en la sociedad que nos permita contribuir y sentirnos valorados”, concluye.